...desde dónde escribo...

"Escribiendo desde el vómito irreverente, obstinado, irrespetuosamente presente. Y es que, escupo palabras como misiles, como hartazgos, como besos húmedos, como puñetazos precisos, ciertos. Sacando lo que está dentro de la manera que mejor me sale hacerlo, una palabra extirpada desde dentro, de raíz, de profundos pozos ciegos. Me libero en la cárcel donde ahora las encierro. Para siempre quedan, para volverlas a oler en algún tiempo, para arrojarles más de diez insultos, y menos de tres besos. Para recorrerlas y recorrerme, saborearme la piel que supo erizarse entonces, o pudrirme de nuevo con lo rancio y oscuro de aquel cuento".







miércoles, 21 de mayo de 2014

Yéndome

Me aturde ese silencio. Mareada le busco la forma y no concibo ni un atisbo de palabra siendo. Sólo gestos nauseabundos que perforan mis tímpanos dejándolos sordos. Cegando la razón que persuade lo que siento, o presiento. Da lo mismo. El eje es tan sólo una línea zigzagueante y caprichosa, empeñada en doblarse y correrme, por todos sus costados, llenándome de esquinas la piel y su urgencia.
Es el olvido quien tiene que asaltarme, hasta cubrirme de desmemoria la incertidumbre y las ganas de algún algo parecido a lo soñado; la voluntad de estas piernas de subir la cuesta con mi cabeza para abajo; o el hartazgo de este subibaja cansado de su inercia.
Cuando ya ni siquiera mi deseo puede deletrearte, ahí es donde debo correr y volar, hacia todas las ventanas que no puedan dibujar tu sombra. Abrir este paréntesis para que salgas y dejar que entre la sorpresa de ese hallazgo que no para de buscarme, y que me encuentre, con el cajón cerrado y la página nuevamente en blanco.
Sacudida de antemano. Sin órbitas claras, con caminos y estos pasos recurrentes. La necesidad abrupta de salirme de lo involuntario que penetra y dirige, conduce, manipula, entorpece, desmotiva, succiona las ganas, mutila la sonrisa, evapora la poca sanidad que pueda esconderse cuando dos se encuentran.
En la misma calle, en el mismo pavimento, en la misma escena, en el mismo siglo, en la misma oportunidad desnudada que arremete, en el mismo choque inentendible de los cuerpos, en la misma escala despareja de las ganas cuando nacen, en el mismo atormentado suceder de lo distinto, en la misma intencionalidad cantada que suda los segundos paridos del latido que interfiere con los otros, donde implota y exagera, donde ebulle y convulsiona, donde existe en un “ahora” y al milímetro siguiente….se evapora.

Mara 

No hay comentarios:

Publicar un comentario