...desde dónde escribo...

"Escribiendo desde el vómito irreverente, obstinado, irrespetuosamente presente. Y es que, escupo palabras como misiles, como hartazgos, como besos húmedos, como puñetazos precisos, ciertos. Sacando lo que está dentro de la manera que mejor me sale hacerlo, una palabra extirpada desde dentro, de raíz, de profundos pozos ciegos. Me libero en la cárcel donde ahora las encierro. Para siempre quedan, para volverlas a oler en algún tiempo, para arrojarles más de diez insultos, y menos de tres besos. Para recorrerlas y recorrerme, saborearme la piel que supo erizarse entonces, o pudrirme de nuevo con lo rancio y oscuro de aquel cuento".







martes, 17 de mayo de 2011

Pariendo letras o vomitándolas

Donde vuelvo a reinventarme, ayer, hoy, mañana aún no lo entiendo. No puedo conjugarlo ni en retazos pequeñitos, ni en memorias emotivas que me hacen dar cuenta que ayer pensé un ratito en mañana y que mañana me atravesó en lo intenso y cierto. Pero me reinvento hoy, segundos veloces de una niña que juega a ser mujer sólo a veces, y esas veces son tan falsas como la estúpida voluntad de jugar a ser grande, en medio de una niña eterna. Y hasta el sacrificio de la reinvención es de mentira, zócalos de un peldaño que me hace trastabillar cada vez que decido, vehemente, dar ese paso.
Desde el cónclave de armazones que me vigila, desde un disimulo patético y abominable, una guarida que creen escondida, pero que olvidaron quitar las lamparitas de colores que la ponen en la cúspide de todas las escenas. Me río en minúsculas, sólo para que no se den cuenta que río, y cuando lloro lo hago resaltándola en negrita, para que se apiaden y dejen de mirar con el dedo índice un rato, aunque sólo sea un rato. Donde intentaré detener el tiempo, intentaré recordar cómo fue aquella vez que sí lo hicimos. Intentaré hacerlo sola esta vez, sumida en un adentro que viajará tan de prisa por ese mediodía, donde  el universo dijo basta porque merecía quedarse quieto en ese instante.
Cuando todos parecieran marchar, creyendo que el camino es ése, no abriéndose preguntas en la mente, no abriéndole razones al corazón, no abriéndole posibles a los sueños, no abriéndose jamás a la sorpresa, cuando pareciera que los sigo, porque ven que voy detrás, simplemente me ubico yendo siempre hacia otros sitios, queriendo que al dar vuelta sus cabezas dejen de contemplar mi sombra en el asfalto. Cuando eso pase no crean que me rendí y volví al inicio de ese camino, tomé el atajo que mejor olía, que peor vestía, que mejor amaba, que peor cabía. Y sé que desde la silla de sus perspectivas habré errado, una vez más, y sé que me reiré de ello, por más que me vean lagrimear en la mirada, sepan que resalto con negrita la mentira y en minúsculas escribo lo que RÍO…

Mara

1 comentario:

  1. Quise ser la primera, no pude. Por qué la primera? Porque fui yo la primera que te ví, por allá, un 29, apenas nacida la primavera. Chiquita, tersa, bonita como hoy, y nosotros, Papi y yo, cuidando tus sueños, cobijándote, protegiéndote. Los años pasaron y jamás hubiéramos imaginado el despertar de este arte que poseés, " el de escribir", pintando cada escena, cada sentimiento, con palabras paridas desde lo más profundo de tu ser. Llegás a transmitir en ellas tus broncas, tu amor inclaudicable, tu odio inmenso, absolutamente todo. Tus palabras abren paso a los sueños, a caminar otros sitios, te entregás en los encuentros reinventándote, pero siempre siendo vos, MARA. Te amo y te aplaudo.

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